DISTRIBUCION DELGADO ZULETA
Descripción
«Delgado Zuleta es y quiere seguir siendo una empresa familiar, la más antigua del Marco (desde 1744), clásica pero moderna, compaginando la tradición y la tecnología, que elabora vinos con calidad y con marca reconocida, orientada a satisfacer a nuestros clientes y abierta a las tendencias y oportunidades que surjan en nuevos mercados y convencida de que unos productos singulares, como los que comercializa, deben tener una calidad y un precio adecuado a lo que son, ya que eso le ha permitido y le permitirá seguir aportando los recursos necesarios para continuar compitiendo en el mercado global de los vinos de calidad».
El Siglo XVIII
Delgado Zuleta, es una de las bodegas familiares más antiguas del Marco de Jerez, remontándose sus orígenes al siglo XVIII según se recoge en diferentes documentos del archivo documental de la Bodega. Esta empresa vinatera es iniciada en 1744 por el Cargador a Indias, Caballero de la Orden de Calatrava y Regidor Perpetuo de Sanlúcar, Don Francisco Gil de Ledesma y Sotomayor, perteneciendo el documento más antiguo encontrado en el amplio archivo de la empresa, a 1.719. Unos años más tarde de la fundación, en 1748, Don Francisco Gil de Ledesma, presentó ante el Cabildo de Sanlúcar, un proyecto para el establecimiento de una compañía sanluqueña dedicada al comercio con América, que se consideraba, según indica, Manuel Barbadillo, en su libro sobre la Manzanilla «utilísima por ser los vinos del territorio que comprende su término, los únicos promocionados para aquellos países como dicta la experiencia».
Los variados documentos que sobre el siglo XVIII se encuentran en el archivo de la Bodega acreditan, no solo la antigüedad de la misma, sino también que además era propietaria de explotaciones de viñedos y crianza y almacenado de vinos finos. No cabe duda que Don Francisco Gil de Ledesma conoció la Guerra de Sucesión por la Corona de España, el ocaso de la Casa de los Austrias con Carlos II y el principio del Reinado de la Casa de los Borbones con Felipe V.
El Siglo XIX
Siguiendo la línea sucesoria de Gil de Ledesma, como se puede ver en el árbol genealógico, la empresa vinatera se mantuvo a lo largo del tiempo con los nombres de los sucesores del fundador, hasta que a finales del siglo XIX, una de sus descendientes directas, Dolores Ñudi (procedente de Gnudi) y Díaz de la Concha (hija del matrimonio de Don Cayetano Ñudi Gil de Ledesma y Doña Concepción Díaz de la Concha y Luchi) contrajo matrimonio con Don José Delgado y Zuleta, marino de guerra, que en uno de sus viajes de navegación, arribó al puerto de Sanlúcar de Barrameda, se casó, dejó su carrera militar y pasó a ocuparse del negocio vinatero, adoptando la empresa el nombre y apellidos de este último como denominación mercantil. En esa época, la empresa experimentó una importante expansión, llegando a tener el privilegio de ser «Proveedores de la Real Casa», de sus majestades Don Alfonso XIII y Doña Victoria Eugenia (existe un documento en el archivo de la Bodega de fecha 7 de Noviembre de 1890 sobre este tema donde se expone que la Casa fue fundada a mediados del siglo pasado, otra dato más que refrenda que la fecha de 1744 es correcta).
El Siglo XX
A la muerte de José Delgado Zuleta, se antepuso al nombre comercial, el término «Hijo de» al hacerse cargo del negocio su hijo: Tomás Delgado Ñudi y posteriormente sus nietos. El 11 de Enero de 1933, pasó la empresa a Sociedad Limitada, llamándose Hijo de José Delgado Zuleta S.L. para posteriormente pasar el 18 de Enero de 1.955 a Sociedad Anónima, no siendo hasta el 24 de Junio de 1974, cuando se adopta el nombre comercial actual de Delgado Zuleta S.A. En 1978, se fusiona la empresa con otra tradicional bodega sanluqueña «B. Rodríguez La-cave S.A.», manteniéndose el nombre de la empresa como Delgado-Zuleta SA.
Antes, en 1918, el nombre de «La Goya» se convirtió en la Marca principal de la Casa Delgado Zuleta. Era el nombre artístico de una famosa «bailaora» de la época, cuyo verdadero nombre era Aurora Jauffré a la que se pidió el oportuno permiso para usar su nombre artístico como distintivo de la principal marca, a lo que accedió y en recuerdo de esta efemérides, se la enviaron las primeras cajas con la marca «La Goya». La famosa bailadora se convirtió en una amiga duradera de la Casa actuando en muchas ocasiones como embajadora y anfitriona en eventos, como bien refleja un artículo publicado en la revista «Blanco y Negro», 17 de Julio de 1932. Ochenta años después «La Goya» sigue siendo una de las Manzanillas más reconocida en Sanlúcar y fuera de ella.