Historia

Ubicados en el corazón de Sants, en la calle Vallespir número 65, “El Celler de Gelida” se dedica a ensalzar la cultura del vino desde 1895.

De padres a hijos, esta tienda especializada continúa acogiendo a sus clientes con una gran variedad de vinos y licores de todo el mundo. Afinado y escogido por Toni Falgueras, un catálogo con más de 3500 referencias, elegidas con el criterio de un conocimiento exhaustivo desde la elaboración a su comercialización. Toni, nacido en la misma tienda se ha formado trabajando, viajando y leyendo. Conociendo los mínimos detalles del mundo del vino, pero sobre todo a las personas que lo forman. Toni, cuarta generación del negocio familiar, fue de los primeros en apostar por el vino de calidad.

Celler De Gelida Celler De Gelida (interior)

Cuando en la Barcelona de finales de los setenta la mayoría de negocios de vinos se dedicaban a comercializar vinos a granel (algo que también era la fuente de ingresos principales del celler) Toni optó por innovar. Cambió la filosofía y la estructura del negocio, apostando por vinos embotellados y ayudando a los enólogos que pensaban en la calidad y no en la cantidad del vino. Uniéndose a las marcas que querían formar una cultura vinícola empezó a formar profesionales del sector.

Formó “Els Mestres Cellerers de Catalunya” una asociación de tiendas especializadas y un feliz grupo de amigos. La tienda en Sants empezó a ser también un escaparate de la empresa de distribución de vinos de grandes profesionales. Trabajar codo con codo con las marcas que se distribuye y tener no sólo un pacto comercial sino una relación personal, hace que los vinos sepan y se vendan mejor, o al menos con mucha más fuerza. Ayudó a la Asociación Catalana de Sumilleres (ACS) en sus inicios para poder encontrar su espacio en el mundo de la hostelería. Amado y respetado por el mundo de la restauración confeccionó con el hilo de su experiencia gastronómica centenares de cartas de vinos de los restaurantes más exclusivos de la Catalunya.

Así Toni Falgueras realizó su sueño. Un sueño que consistía cambiar el legado tradicional que le había brindado por herencia la familia y convertirlo en su meta profesional: tener una tienda especializada en Barcelona conocida por su calidad material y sobre todo humana.

Los mercados han cambiado, de la incultura vinícola hemos llegado a esnobismo, y en medio una crisis económica. La gente ha cambiado aún más, los pocos profesionales del sector se han convertido en manadas de tiendas, distribuidoras, sumilleres, enólogos y nuevas marcas que inundan el mercado. Pero el “Celler de Gelida” sigue en la calle Vallespir, entre Plaza del Centro y Sants Estación, haciendo lo que siempre ha hecho: dándole al vino todo el amor y carisma que este le ha dado.

Celler De Gelida (entrada)La tradición familiar se huele en toda la bodega, pero sobre todo en la cava con más de 100 añadas que los antepasados han sabido visionar y que ahora forman una de las colecciones más bellas de la historia del mercado del mundo. Los miles de referencias no son sólo lo que atrae a los clientes, sino la recomendación sincera y sabia, y que los productos estén en su momento óptimo de consumo. “No sabemos vender los que no nos gusta” dice Falgueras, “por eso no tenemos lo que nos parece que calidad-precio no nos parece correcto”.

Este “no engañar” y esta base de sinceridad con el cliente queda reflejado en que no hay ningún producto a vender que no haya pasado por la nariz de un equipo experto. Las manos de Toni Falgueras han ido buscando, viajando a través de los cinco continentes, las bebidas más excepcionales y típicas para que los fieles las puedan encontrar reunidas en Barcelona.

Siempre acompañado por su preciosa y fiel mujer, María Febrer, que le ha apoyado en esta vida de viñas y con la que ha compartido todas las catas hedonísticas. Una vida dedicada a difundir el conocimiento del vino, la experiencia de 40 años de dedicación del propietario y el renombre del trabajo bien hecho justifican la fama del asesoramiento de todo aquel que entre por la puerta del “celler”. Un Toni Falgueras abalado por la “Cofraria del Cava” como cofrare d’ honor, “Gremi de Santa Marta”, presidente dels “Mestres Cellerers”, miembro fundador de la “Associació Catalana de Sumillers”, miembro del “Cercle de Tastadors”, entre otras tantos equipos dispuestos a batallar para expresar su sabiduría en el mundo de los mostos fermentados, sigue adorando al dios Baco y difundiendo sus productos.

Pasando por todas las ferias profesionales del sector y los países productores se ha ido formando esta enoteca con tres pisos. Delante, en Vallespir 88 se encuentra la sala dedicada a la formación de empresas, presentación de marcas, reuniones de profesionales y hasta un “txoco” de amigos gourmets. Gozando de una biblioteca con más de quinientos libros, los artículos periódicos de su página web y las visitas de los clientes más exclusivos han convertido al celler en un templo para el vino.

A estas cuatro generaciones entregadas se suma la quinta, Ferran y Meritxell Falgueras, que con la preparación recibida quieren continuar la vocacional labor del padre. Ferran Falgueras, abogado, es el preciso jefe de compras. Meritxell Falgueras, periodista, está investigando para su tesis doctoral sobre la cultura del vino. Matías, con más de veinticinco años de dedicación, es el gerente del negocio. Toni Fitó pone el ritmo del trabajo diario con su música. Esther la esencia de la alegría. La tradición y la actualidad, junto a la pasión de una familia se reúnen para comunicar la exquisitez de los secretos del vino. Con su lema “beber con medida productos de buena calidad”, os esperan para brindar.

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